El refuerzo de la música en el proceso lecto-escritor aporta, aparte de un gran refuerzo y motivación, unos contenidos específicos a ese aprendizaje al subrayar rítmica y tímbricamente aspectos de la fonética y de la escritura de las letras y sonidos que se están trabajando en cada momento, también refuerzan la asimilación de los contenidos que también llevan implícitos cada cuento y de los que se sacan múltiples actividades de aprendizaje a modo de "centros de interés" para los niños y niñas.
Las NNTT nos permiten reforzar estos aspectos con la música de manera mucho más "fuerte" por así decirlo y transparente y mejor integrada que antiguamente. De ahí nuestra idea de reforzar cada letra y sonido nuevo con una canción junto con los cuentos.
Por supuesto cada canción se trabaja de muy diversas maneras: se trabaja la letra, se dramatiza, se trabaja rítmicamente, y luego una vez aprendida se trabaja con instrumentos. Además la oyen con la animación que viene en la web con lo que el aprendizaje es ya total e integral.
La música además de influir positivamente en el proceso lecto-escritor, desarrolla las siguientes capacidades: expresiva, imaginativa, creativa, memoria auditiva, etc.
Algunos objetivos de la educación auditiva son: despertar la sensibilidad del niño, su sentido estético, la agudeza de oído, iniciarlo en el conocimiento de los elementos de la música, responder a estímulos sonoros, ...
La audición de canciones también nos puede acompañar en la realización de actividades plásticas y corporales.
Esta educación va a permitir desarrollar una serie de conocimientos en el niño, como son: el sonido (timbre, intensidad, altura, duración, acento, compás...), el silencio, la diferenciación entre la música cantada o sólo tocada con instrumentos, la iniciación al cálculo a través de agrupaciones (el niño puede diferenciar si tocan muchos o pocos instrumentos, si cantan muchas o pocas voces)...
Los ejercicios sensoriales son el punto de partida de la educación del ritmo y de la formación musical. Por lo tanto, se debe trabajar con el niño para que vaya consiguiendo el ritmo de una forma gradual a través del movimiento, la expresión del cuerpo, la canción, los juegos musicales...
A diferencia de la actitud activa que adopta el niño frente al ritmo, la actitud ante la audición de canciones es receptiva. Es fundamental que se combinen ambas, es decir, que el niño sea activo y receptivo al mismo tiempo.
Las canciones son la forma más viva, fácil y espontánea de practicar la música. Desde los más elementales tarareos infantiles hasta las más elaboradas formas, las canciones ofrecen al niño un sinfín de posibilidades de expresión musical.